Table of Contents
¿Qué ocurriría si los edificios que encontramos a nuestro alrededor no solo tuvieran un propósito funcional o de habitabilidad, sino que estos contribuyeran de manera activa y casi sin darnos cuenta a mejorar la calidad de vida de las personas que los habitan?
Desde este blog, queremos establecer un manifiesto por la sostenibilidad urbana, basándonos en un conjunto de tres principios o pilares que rescriben la manera de pensar que hay sobre la construcción y sus proyectos.
Apunta: Diseñar con conciencia, construir con innovación y operar con resilencia. Aunque tras esta afirmación te estarás preguntando: ¿Qué es exactamente la sostenibilidad urbana en construcción?
¿Qué es la sostenibilidad urbana?
La sostenibilidad urbana en construcción se refiere a la acción o proceso de diseñar, plantear y construir ciudades y edificions que sean respetuosos con el planeta, el medio ambiente y las personas que lo habitan. Sabemos que tu mente se va hacia los jardines verticales, pero permítenos decirte que te equivocas, va mucho más allá. Contemplando todo el ciclo de vida de un edificio o construcción, desde su diseño (como anteriormente mencionábamos) hasta su uso y posible demolición en un futuro.
Además, el concepto de sostenibilidad urbana tiene una connotación amable, esperanzadora y “amigable”. Recuerda que, según la Agencia Internacional de energía, los edificios son responsables del 32% del consumo global de energía, además del 34% de las emisiones de CO2.
Imagina una ciudad en la que sus edificios inspiran, no solo por ser estéticamente bellos, sino que también cuiden de sus habitantes. Sería espectacular, ¿verdad? Pues en eso consiste la sostenibilidad urbana. En crear diseños que aprovechen al máximo la luz natural, reduciendo así la necesidad de electricidad o diseños en los que sus materiales no dañen el medio ambiente, que sean respetuosos, eficientes y puedan ser reutilizados. Estos puntos y muchos más hacen que un edificio, un componente arquitectónico urbano, sea o no respetuosos con su alrededor.
Y ahora plantéate las siguientes preguntas: ¿Genera mucha basura tu edificio? ¿Consume demasiada energía? ¿Es un espacio verde que ayuda a mejorar la calidad del medio ambiente? ¿Permite la composción urbana de tu ciudad el uso de bicicletas y otros medios de transporte no contaminantes?
Sigue con nosotros, que te contamos más sobre este interesantísimo tema.
Diseñar con Conciencia: El Arquitecto como Sanador de la Ciudad
Las construcciones urbanas sostenibles van mucho más allá del apartado estético. Una construcción sostenible es, en esencia, aquella que es capaz de rediseñar y sanar la composición y funcionalidad de la propia ciudad, moldeando el entorno urbano construido para que sea más armonioso, eficiente y sano con sus habitantes. Este punto de vista nos permite ver cada proyecto de construcción como una oportunidad de resolver problemas de sostenibilidad urbana.
Integración bioclimática:
La integración bioclimática es el arte de diseñar edificios que se adaptan al clima local ante el que nos encontramos. Se trata de usar la orientación, forma o materiales para que una construcción sea térmicamente responsable. Es decir, tenga la capacidad de enfriarse en verano o calentarse en invierno de manera autónoma, natural y por consiguiente reduciendo la necesidad de utilizar energías o combustibles para dicho fin.
Seguro que has visto en las noticias ciudades que utilizan asfalto y edificios de hormigón que absorben y retienen el calor, creando el denominado “efecto isla de calor”. Un diseño bioclimático te ayuda a mitigar las temperaturas, como por ejemplo a través de la utilización de ventanas orientadas específicamente para captar la luz solar en invierno y al usar voladizos para crear sombras en verano.
Espacios Regenerativos
El siguiente paso en la evolución del diseño sostenible en las ciudades es el concepto de espacios regenerativos. ¿Tampoco te suena? Estos espacios son aquellos encargados en minimizar el daño. Proyectos urbanos que buscan activamente mejorar el entorno, como edificios que actúan como purificadores de aire, recolectores de agua o incluso hábitats para la fauna local. Otra opción muy extendida son los techos y fachadas verdes, que actualmente pueden verse como elemento habitual en muchas ciudades: espacios que absorben CO2, liberan oxígeno, reducen la escorrentía de aguas pluviales y crean microclimas frescos.
¿Sabías que una superficie de techo verde La temperatura puede ser 13,3°C más baja que la de los techos convencionales, y pueden reducir las temperaturas del aire cercano hasta en 11,1°C?
Materiales con Historia
Finalmente, el diseño sostenible urbano nos obliga a repensar los materiales. No solo se trata de su durabilidad o costo, sino de su origen y de su impacto ambiental. El uso de materiales de origen ético, reciclados o que incluso capturen carbono le aportan una historia y un propósito al edificio. Al elegir materiales con una baja huella de carbono, no solo construyen, sino que también dejan una huella positiva en el planeta.
Construir con Innovación: La Obra como Ecosistema Inteligente
La fase de construcción ya no es solo sobre levantar muros y colocar techos. Hoy en día, la obra se ha transformado en un ecosistema inteligente donde la tecnología y los procesos están en armonía para optimizar cada paso, desde la llegada del material hasta el último retoque. Se trata de conseguir que cada proceso cuente para así conseguir una construcción más eficiente, segura y sostenible.
Robótica Colaborativa
Ahora os pedimos que os olivdéis de las películas de ficción… Nada de robots tipo “Sonny” en “I, Robot”.
La robótica colaborativa se encarga de tareas repetitivas, pesadas o peligrosas, como la demolición, la soldadura o el transporte de materiales pesados. Esto no solo mejora la seguridad en la obra, sino que también libera a los obreros para que se concentren en trabajos que requieren habilidades más complejas, creatividad y toma de decisiones. Es una sinergia perfecta entre la precisión de la máquina y la experiencia humana.
Impresión 3D a Gran Escala
La impresión 3D no es solo para pequeños prototipos. A gran escala, esta tecnología está revolucionando la construcción al permitir la creación de estructuras enteras, como muros o incluso casas completas, de manera rápida y con un desperdicio mínimo. Según el Laboratorio de Sistemas de Construcción de la Universidad de ETH Zúrich, la impresión 3D en construcción puede reducir los residuos de material en más del 60% en comparación con los métodos de construcción convencionales. Este proceso no solo es eficiente, sino que también permite diseños más complejos y orgánicos que serían imposibles con los métodos tradicionales.
El crecimiento de este sector es un claro indicador de su impacto. Según Allied Market Research, se estima que el mercado global de la construcción con impresión 3D se disparará de los 1.4 mil millones de dólares en 2021 a unos impresionantes 750.8 mil millones para 2031. Este rápido ascenso no es solo una cifra, sino que simboliza una transformación total en la manera en que concebimos, planificamos y construimos las ciudades del futuro.
Logística de Datos
La logística de datos en la construcción es como tener un cerebro para la obra. Utilizando la analítica de datos, se puede optimizar toda la cadena de suministro para saber exactamente cuándo y dónde se necesitan los materiales. Esto evita el desperdicio de recursos, ya que los suministros llegan justo a tiempo, sin exceso de stock. Además, al planificar las entregas de manera inteligente, se puede reducir el tráfico en las ciudades y, por ende, la contaminación y el ruido, haciendo que el proceso de construcción sea más respetuoso con el entorno urbano.
Un edificio verdaderamente sostenible no termina su ciclo de vida al ser inaugurado. El último pilar de la construcción consciente se centra en la resiliencia y la capacidad de la estructura para evolucionar y adaptarse a su entorno a lo largo del tiempo. Hablamos de edificios que no solo se construyen, sino que se mantienen, se regeneran y, al final de su vida, se transforman para continuar siendo útiles.
Operar con Resiliencia: Edificios que Evolucionan con su Entorno
Edificios Autosuficientes
La máxima expresión de la resiliencia es la autosuficiencia. Un edificio autosuficiente integra sistemas que le permiten generar su propia energía, como paneles solares o turbinas eólicas, y gestionar sus propios recursos hídricos mediante la recolección de agua de lluvia y el tratamiento de aguas grises. Esta autonomía no solo reduce su huella de carbono, sino que también lo hace menos vulnerable a las interrupciones en los servicios públicos, garantizando su funcionalidad y confort a largo plazo.
Gemelos Digitales para la Eficiencia
La tecnología es una aliada clave para la longevidad de un edificio. Los gemelos digitales son réplicas virtuales en 3D que se conectan con sensores en la estructura real para monitorear cada aspecto, desde el consumo de energía y la calidad del aire hasta la temperatura y el uso de los espacios. Esta herramienta permite a los gestores del edificio tomar decisiones en tiempo real para optimizar su rendimiento, identificar problemas antes de que se agraven y asegurar que la estructura opere con la máxima eficiencia durante toda su vida útil.
Un dato que ilustra su poder: se estima que el uso de gemelos digitales para la gestión de edificios puede reducir el consumo de energía hasta en un 35%.
Diseño para el Desarme
El Diseño para el Desarme (o Design for Disassembly) es una filosofía de diseño que desafía la forma tradicional en que pensamos sobre el final de la vida de un edificio. En lugar de ver una estructura como algo que será demolido, se la concibe como un conjunto de componentes valiosos que pueden ser recuperados y reutilizados. Es la idea de una “demolición inversa”, donde cada parte tiene un propósito futuro.
De la Demolición al Desmantelamiento
Históricamente, el fin de un edificio significaba escombros, desperdicio y la pérdida total del valor de sus materiales. Con el diseño para el desarme, esta realidad cambia. La meta es crear un “banco de materiales” para futuras construcciones. Al diseñar las edificaciones de esta manera, se estima que hasta el 80-90% de sus componentes y materiales pueden ser recuperados y reinsertados en el ciclo de construcción, reduciendo drásticamente la cantidad de residuos que terminan en vertederos.
¿Cómo se logra en la práctica?
Lograr que un edificio sea “desmontable” requiere una planificación minuciosa desde la fase de diseño. Se trata de una serie de decisiones conscientes que facilitan la recuperación de los materiales:
- Sistemas Modulares: Utilizar módulos prefabricados para paredes, techos o sistemas de cableado que puedan ser desconectados y retirados fácilmente.
- Conexiones Reversibles: Priorizar el uso de tornillos, pernos y uniones mecánicas en lugar de adhesivos permanentes, soldaduras o mortero, permitiendo que las piezas se separen sin dañarse.
- Identificación Clara de Materiales: Etiquetar los componentes con información sobre su composición y valor para facilitar su clasificación y reutilización.
- Acceso a los Componentes: Asegurar que las uniones y los sistemas de infraestructura sean accesibles para un futuro desmontaje, evitando que queden ocultos detrás de otras estructuras.
En esencia, el diseño para el desarme es un compromiso con la longevidad y la circularidad. Un edificio no es el final de la historia de los materiales, sino un capítulo más en su vida útil, garantizando que el valor y los recursos se conserven para las generaciones futuras.
Conclusión
La sostenibilidad urbana en la construcción no es una opción, sino un imperativo ético y una oportunidad de tener entornos urbanos más sanos y eco-friendly. A lo largo de este recorrido, hemos visto que se basa en tres pilares fundamentales que nos invitan a ir más allá de la simple edificación:
- Diseñar con conciencia: Para que cada estructura sane y mejore su entorno.
- Construir con innovación: Para que la obra sea un ecosistema inteligente, eficiente y con el mínimo de residuos.
- Operar con resiliencia: Para que los edificios evolucionen y se adapten a los desafíos del futuro.
Es el momento de abrazar un futuro construido con propósito. Un futuro donde nuestras ciudades sean ecosistemas vibrantes y diversos, diseñados para florecer en armonía con el planeta, construyendo espacios más ecológicos, más justos y más bellos.
¿Estás listo para construir ese futuro?